Lo más castizo del género Chico. Ambientada en el paseo de Recoletos a finales del S XIX. con música F. Chueca y letra de Ramos Carrión.

"Agua, azuacrillos y aguardiente" es una de esas zarzuelas que año tras año se representa causando la admiración de todos los asistentes. Su música llena de gracejo y castizismo a hecho de esta obra una de los mejores ejemplo del "Género Chico". 
Fue estrenada en el Teatro Apolo de Madrid en la noche de San Juan de 1897, modestamente, sin pretensiones, sólo para permanecer en cartel unas semanas. Era una obra para ese verano cuya ambientación se ciñó a esa circunstancia, de
ahí que le denominaran genéricamente la obra "pasillo veraniego".
La obra transcurre en el Madrid de finales del siglo XIX y refleja a la clase media empobrecida en contacto con las clases populares. A lo largo de la obra desfilan multitud de personajes y situaciones, reflejo del Madrid de la época. Es el Madrid del chotis, la mazurca, el pasodoble, la polca, del organillo y los pregones.
SINOPSIS
La acción transcurre en un parque público de Madrid.
Serafinito, hijo de un diputado muy famoso, esta enamorado de Atanasia, la hija de Dº Simona, y ella, que no piensa más que en la poesía y el amor y se hace llamar Asia, está locamente enamorada de él.
Dª Simona, que está completamente arruinada, incita a la niña a que le pegue un sablazo al señorito pues, de lo contrario, no les quedará otro remedio que volver a su pueblo, Valdepatatas. Recibe una carta de su pueblo diciendo que si su hija Atanasia accede a casarse con un primo suyo pagarán todas sus deudas.
Por otro lado, Serafín planea secuestrar a Anastasia y le pide ayuda de Pepa, la aguadora del kiosco del parque, para que le dé a Dª Simona un narcótico para que se duerma. A cambio le pagará bien. Pepa, por honradez, se niega.
Pepa le cuenta a su novio, Lorenzo, un picador con muy poca vergüenza al que apodan “Sabañón”, las intenciones de Serafín y este decide mediar en el asunto. Cuando llega Serafín con el narcótico al kiosco Pepa se ha marchado y le atiende Lorenzo. Este le comenta que está enterado de todo el plan y que accede a darle el narcótico a cambio del pago, que es el doble de lo le propuso inicialmente a Pepa.
Serafín accede “gustoso” a pagarle lo que pide.
Vuelven al parque Dª Simona y su hija, y Manuela, antigua novia de Lorenzo y que siempre está a la gresca con Pepa, les cuenta las intenciones de Serafín y deciden vengarse de él pagándole con la misma moneda.
Finalmente, a Dª. Simona y Asía no les queda otro remedio que volverse a Valdepatatas.